
Elegir el tipo de sociedad más apropiado para emprender en España es una de las decisiones que debe tomar el empresario que pone en marcha su proyecto. Los dos tipos de sociedades más habituales son la de responsabilidad limitada o S.L. y la anónima o S.A. Aquí le contamos cuáles son las principales diferencias.
Lo primero que debemos destacar es que el principal motivo para constituir una sociedad a la hora de emprender es limitar la responsabilidad de los socios al capital invertido, evitando de esta forma que su patrimonio personal esté en riesgo. En ambos tipos de sociedades se logra este objetivo. Además, el número mínimo de socios es “uno” en ambos casos y las obligaciones tributarias, idénticas.
El capital social legalmente exigido es la primera gran diferencia. Mientras que en la S.L. el mínimo es de 3.000 €, para las sociedades anónimas la ley requiere que los socios desembolsen al menos 60.000 €. Por otro lado, en estas últimas el capital está dividido en acciones libremente transmisibles mientras que en la S.L. los socios tienen participaciones nominativas y su transmisión tiene algunas restricciones.
La sociedad anónima es la forma jurídica apropiada para aquellas empresas que tienen pensado cotizar en bolsa ya que la ley lo prohíbe en las sociedades limitadas. Por otro lado, la duración del cargo de administrador es otra de las diferencias ya que en las S.L. puede ser indefinido mientras que en las S.A. el plazo máximo es de seis años.
Para quienes quieren emprender en España la constitución de una sociedad limitada es lo ideal en el caso de pequeñas empresas debido al bajo capital exigido y los sencillos trámites de constitución. Por el contrario, en el supuesto de empresas con gran volumen de negocio o muchos accionistas, lo recomendable es crear una S.A. para facilitar la transmisión de acciones y posibilitar la apertura del capital a otros socios.
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